Kilómetros aproximados: 25.
Aunque
normalmente no importa madrugar cuando uno se va de vacaciones, sí el despertador
suena a las 3’40 de la madrugada, ya es otro tema. Salimos de casa a las 4’10
con nuestro coche, evidentemente a esas horas no hay nadie por la carretera y
en poco más de 15 minutos llegamos al Aeropuerto.
Dejamos
el coche en el Parking Lavacolla como otras veces, el servicio es muy
cómodo, a la llegada al Aeropuerto te lo recogen en la zona de salidas. Nos costará
51 €, que viene a ser lo que más o menos nos costarían los dos taxis.
Facturamos
y pasamos el control en un momento, esta vez decidimos probar las tarjetas de
embarque en el móvil, y la verdad es que es bastante cómodo, simplemente hay
que darle bastante brillo a la pantalla para que los lectores lo pillen bien.
Embarcamos
en un momento, dejamos la maleta de mano a los pies de la escalera del avión
(puesto que era un Air Nostrum no muy grande y no iban en la cabina; suele ser lo
normal en estos vuelos); y puntual a las 5’55 salió con destino a Madrid,
llegando unos minutos antes de lo previsto que era las 6’50.
Estos
vuelos siempre llegan a la zona K y bajas andando del avión hasta la terminal, y
como además la escala era de alrededor de 4 horas, teníamos tiempo de sobra
para ir hacia la zona J, que es donde está la restauración.
Los
precios de los desayunos nos parecían desorbitados (la mayoría de locales por
un café y un bollo, pedían 6 € ó 7 €), así que desayunamos en Mc Donalds,
capuchino y muffin o tostada 2’30 € cada uno; eso ya nos parecía más normal.
Luego
estuvimos leyendo un rato, Alfredo un libro y yo documentación del viaje que me
había guardado para hacerme más amena la espera. Después volvimos de nuevo a la
zona K, para embarcar. El vuelo salió también en hora a las 11’15 y por delante
teníamos alrededor de unas dos horas hasta nuestro destino, llegando a las 14’05
hora local.
Recogimos
las maletas, que fueron las últimas de todo el vuelo, y a por el coche. Habíamos
alquilado en Sixt, pero en la isla tienes que ir al mostrador de Top Car
Autoreisen, que en realidad es con quien habíamos alquilado en nuestras
anteriores visitas a las islas. El Focus elegido se convirtió en un Golf.
Para
nuestros nosotros ya eran las 3 de la tarde, y con el madrugón que llevábamos, de
camino a Las Palmas, paramos en el Centro Comercial Las Terrazas y fuimos
directos a comer, no nos complicamos la vida y elegimos 100 Montaditos, algo
rápido, sencillo y barato (10 €). Luego pasamos por un supermercado a comprar
crema solar, que se nos había olvidado; la verdad es que yo en febrero nunca me
acuerdo de cogerla, pero a pesar del poco tiempo que llevábamos en la isla, ya
nos indicaba que la íbamos a necesitar.
Antes
de ir, habíamos estado buscando un parking y encontramos uno con abonos semanales muy económicos; mandamos un mail al Parking Triana, y nos dijeron que sin problemas, que cuando llegáramos,
una vez dentro pasamos por el mostrador y allí se tramitaba en un momento;
firmas el contrato, pagas y te dan una tarjeta. Así que por 27’50 € tendríamos
el coche en el parking durante una semana; un precio muy económico, porque el
día sale a menos de 4 €; nada que ver con su cuota diaria que es carísima, ni
más ni menos que 24 €.
Luego
en pocos minutos llegamos a la que iba ser nuestra casa en Las Palmas, en la
calle Triana, una zona comercial en pleno centro y muy bien situada. Para esta
ocasión elegimos un alojamiento de Airbnb, y esta vez probamos algo diferente,
y es el de convivir con el dueño, tú tienes tu habitación y tu baño, pero luego
los espacios comunes los compartes con él. Habíamos quedado con Rafael a las 4
de la tarde y puntuales como un reloj llegamos. Nos enseñó el piso, charlamos
un poco y deshicimos las maletas. Luego salimos a dar una vuelta, pasamos por
la Oficina de Turismo a por unos planos, por el HiperDino a comprar bollos y
zumos para desayunar, y ya volvimos al piso a descansar un rato.
Poco más
de las 8 salimos a cenar, el madrugón empezaba a pasar factura. Fuimos al
barrio de Vegueta que nos pillaba a muy pocos minutos, concretamente a la Tasca El Canalla de Vegueta, pedimos
pan con tomate, papas arrugadas, croquetas y berenjenas; con las bebidas costó
32 €.
Regresamos
al piso y repasamos un poco la ruta del día siguiente; esta vez no habíamos
preparado al detalle las rutas como otras veces, teníamos elegidos los lugares
imprescindibles a visitar, y unas rutas previstas más o menos, que luego
durante los días fuimos modificando.
Como
no aguantábamos despiertos, a las 10 nos fuimos a dormir.
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